Y al final probé el Satisfayer
He tenido la misma sensación que cuando salió «50 Sombras de Grey”. No era buen libro, no era buen material erótico, hay miles de libros mejores y este llegó y se llevó el pastel.
De repente parecía que las mujeres tenían fantasías y les interesaba el BDSM.
En este caso es innegable que con la masturbación se aprende mucho sobre las reacciones sexuales, y se conocen los secretos del cuerpo, y aunque leo mucha controversia sobre la “calidad del orgasmo”, venga con un amante, en el bidé, un osito de peluche, la mano, una lengua o un vibrador, un orgasmo es un orgasmo.
Lo realmente importante es que hemos puesto la masturbación femenina encima de la mesa y se ha naturalizado.
¿Has probado el Satisfayer? ¿Qué te ha parecido?